Extasis
Es una composición emparentada con un estimulante (la anfetamina) y con un alucinógeno (la mezcalina) que se presenta en forma de pastillas o tabletas.
Comparte con toda la familia de las anfetaminas el poseer un efecto estimulante y despertador tanto como producir adicción y ser tóxica para el sistema nervioso central.
Su uso se relaciona presuntamente con fines placenteros, eróticos y de diversión.
Habitualmente se ingiere por vía oral, pero puede fumarse o inyectarse ocasionalmente.
Es común su uso asociado a bebidas energizantes (Red Bull, Speed, etc.) para lograr el efecto “high”, así como a la marihuana con fines más relacionados al placer sexual. Uno de los nombres con que se conoce al extasis, es “la droga del amor”
Los efectos de la ingesta duran de 4 a 6 horas y se empiezan a sentir a los 30 a 60 min después de la toma.
En dosis pequeñas, hace que el individuo se sienta alerta, sereno, amistoso y sociable, a lo que se suma una intensa sed y mayor sensibilidad para las percepciones sensoriales.
Como se eleva la temperatura del cuerpo, si se toma en lugares concurridos y se baila, se pierde líquido y se puede llegar a la deshidratación. También se altera la percepción del tiempo y la capacidad de concentración y coordinación, pudiendo presentarse crisis de ansiedad y ataques de pánico.
Estas sensaciones van disminuyendo y puede surgir un comportamiento impredecible, pasando de la tranquilidad y actitud amistosa a la ira y la provocación, así como el insomnio y la falta de apetito.
En caso de dosis altas, o cuando existe una predisposición genética o hipersensibilidad hacia alguno de los compuestos, el consumidor puede desarrollar complicaciones graves, como profunda alteración de la conciencia, agitación, convulsiones e insuficiencia renal aguda, que pueden causarle la muerte.
¿Qué ocurre cuando el consumo se prolonga?
Después de un tiempo de consumir éxtasis pueden aparecer trastornos neuropsicológicos o psiquiátricos permanentes, desde alteraciones de la memoria hasta trastornos afectivos y psicosis paranoide. También se presentan alteraciones cardiovasculares graves, como arritmias y colapso cardiovascular.
El éxtasis, las anfetaminas o la cocaína, luego de su acción estimulante, acarrean un cierto efecto depresivo (“bajón”) especialmente por su uso continuo, insomnio rebelde o episodios de ansiedad y excitación psicomotriz, amén de francos cuadros de impotencia o anorgasmia.
Efectos en la comunidad y perspectiva del problema
RIESGOS PARA LA COMUNIDAD
El grupo social se ve afectado por quienes se intoxican con éxtasis, ya que impacta en la seguridad y el bienestar porque se presentan más accidentes, en especial de tránsito.
Además, como es producido en laboratorios encubiertos, sin condiciones higiénicas, no existe control acerca de su composición y con frecuencia contiene impurezas y diferentes proporciones en sus compuestos, lo que facilita la intoxicación, ya que el consumidor no tiene control sobre la potencia de las sustancias que consume.
¿HAY UN GRUPO CONSUMIDOR DELIMITADO?
Sí. El consumo de éxtasis se centra en los jóvenes que asisten a las fiestas llamadas “raves”, cultores de la música electrónica.
Generalmente son consumidores de mediano y alto poder adquisitivo, que utilizan esta droga como “ritual” para participar del festejo. Se los identifica por sus fiestas multitudinarias y por beber agua mineral en grandes cantidades.
PERSPECTIVAS DEL PROBLEMA
Habitualmente los consumidores de éxtasis no son considerados dentro del grupo de consumidores “conflictivos”. Prácticamente no hay datos que los crucen con actividades delictivas ni marginales, y por eso hoy día su consumo es socialmente tolerado.
Lo que es importante destacar es que este grupo está siendo tentado a ingresar al consumo de cocaína ya que –desde el advenimiento e instalación de la PBC– el mercado necesita incorporar nuevos consumidores.
Hace apenas un par de años que el trabajo de admisión y consultas en los diversos centros asistenciales se ha visto atravesado por una nueva realidad: el aumento en consumo de Pasta Base de Cocaína (PBC) en adolescentes y adultos.
Ante la pregunta común por la sustancia consumida, cada vez es más frecuente la respuesta: “paco”
Ahora bien: este consumo ha generado inquietudes en otro grupo poblacional: el de los padres.
No ha sido raro verificar en los últimos tiempos un incremento en consultantes padres o familiares de consumidores a esta sustancia. Frases como: “Antes fumaba porro o tomaba cerveza pero ahora…”
Muy poco es lo que conocíamos de esta sustancia antes de su irrupción. Algún paciente que contaba que “fuí a comprar porro y el dealer me ofreció algo nuevo y barato”, algún artículo suelto publicado en alguna revista.
Pero a partir del año 2004 el vocablo “paco” se escucha en cada vez más consultantes.
Primera pregunta: ¿qué es el paco? “LA COCAÍNA DE LOS POBRES”
La Pasta Base de Cocaína tiene distintas denominaciones: paco, pasta, base, bazuca, mono (si está mezclada con tabaco), marciano (si está mezclada con marihuana) etc.
Contiene el alcaloide de las hojas de coca más los solventes (kerosene, gasolina, ácido sulfúrico)
Su producción es sencilla: se convierten las hojas de coca en PBC y luego ésta en clorhidrato de cocaína. Para la elaboración se utilizan sustancias químicas denominadas “precursores” (éter, ácido sulfúrico, kerosene, etc), por esto es grande la toxicidad observada en los consumidores. Otro de los factores que la hace sumamente peligrosa son los elementos de “corte” de sustancia: desde fécula hasta vidrio molido de los tubos de luz (para que pese un poco más y sacar más ganancia)
La PBC es una sustancia intermedia que se utilizará para elaborar el resto de los productos derivados de la hoja de coca.
Los laboratorios caseros (diseminados por todo el gran Buenos Aires) se denominan “cocina” y la elaboración y venta del producto suele ser una actividad “familiar” (al ser fácil de elaborar y vender, no necesita una red de tráfico importante como la cocaína, por ejemplo, lo que agrava aún más el problema)
Si tuviéramos que explicitar los pasos de elaboración:
1. HOJAS DE COCA
2. MACERAR EN AGUA Y AÑADIR KEROSENE
3. SOLUCIÓN DE KEROSENE Y COCAÍNA
4. AÑADIR ÁCIDO SULFÚRICO
5. COCAÍNA EN SOLUCIÓN ÁCIDA
6. AÑADIR CAL O AGUA CON AMONÍACO Y FILTRAR
7. PBC
Se consume fumada en latas, mezclada con tabaco o marihuana, en tuqueras (preferentemente fabricadas con antenas de autos o de televisión) y utilizando como filtro la virulana.
Al ser fumada su efecto es más rápido e intenso. Así, se logran altas concentraciones de droga en el cerebro, actuando más rápidamente que por vía endovenosa, ya que pasa a la circulación pulmonar (evitando el Sistema Nervioso Periférico) llegando al Sistema Nervioso Central en 8 a 40 segundos, durando su estado de elevación (“high”) de 2 a 5 minutos. La etapa de descenso (“crash”) es también rápida e intensa, produciendo apatía, disforia, irritabilidad, depresión y ansiedad, con intensos deseos de consumir nuevamente droga (que se manifiestan cada vez con más violencia y agresividad)
¿Qué ocurre con el consumo crónico de PBC?
A nivel orgánico produce:
PACO: “La droga de los pobres”
Esto hoy día debería relativizarse. Si bien el precio de una dosis de Paco es de $2, lo que la hace lo más barato del mercado, al ser su efecto tan corto (2 a 5 minutos) y su toxicidad y tolerancia muy altas lleva a los consumidores a solicitar dosis cada vez más seguido. Concretamente: consumidores habituales sitúan su consumo en 20 a 30 dosis por día. En dinero: $ 40 a $ 60 diarios.
Esta cifra explica que en la escucha de consumidores habituales y crónicos los relatos estén atravesados por situaciones de violencia (robos, peleas), prostitución (incluso a cambio de una dosis), desesperación por conseguir dinero para comprarla, etc.
Características y detección del consumo
Los consumidores de PBC, además de los problemas sanitarios enunciados anteriormente, manifiestan:
“En el caso de Perú, igual que en Colombia y en Venezuela, uno de los problemas más serios es el consumo de pasta base, el crack, porque deteriora mucho intelectualmente y produce una agitación psicomotriz que hace que las personas tengan muchas relaciones sexuales. Mientras que el drogadicto intravenoso no tiene una gran actividad sexual, el que consume crack es agresivo sexualmente, cambia todos los días pareja y es mucho menos responsable: nunca usa condón.”
Reportaje a Eduardo Gotuzzo, infectólogo peruano, director de Society for the infection diseases
PERSPECTIVA DEL PROBLEMA
Si bien el consumo de PBC es novedoso, su avance nos habla de un futuro bastante complicado. Tiene características que hacen preveer que en poco tiempo la curva de consumo se incrementará cada vez más: es de fácil elaboración, distribución y venta, es barata en cuanto a la dosis, es altamente adictiva y tiene efectos inmediatos sobre el consumidor, que al poco tiempo abandona toda otra sustancia que haya consumido antes para “entregarse” al paco.
También hay que advertir sobre las nuevas formas de presentación: ya se está comercializando el “$5”, una dosis “concentrada” que en definitiva es un poco más potente pero que necesita consumo prolongado al igual que la tradicional.
La Ketamina Hydrochloride es un anestésico general veterinario, fuerte, con propiedades analgésicas, muy usado por médicos y veterinarios a partir de su comercialización en el año 1965. Es producida por laboratorios Parke Davis y se comercializa bajo los nombres Ketalin Ketalar y Ketina (para uso humano) y Ketaset (para uso veterinario).
Se lo conoce como K, Special K, keta, Vitamina K, etc.
La Ketamina es una arilciclohexidina, relacionada químicamente con la fenciclidina y ciclohexamina, que actúa bloqueando el sistema nervioso sin deprimir el sistema respiratorio ni el circulatorio.
Su clorhidrato es hidrosoluble y se vende en soluciones inyectables, aunque también ha comenzado a comercializarse clandestinamente en forma de polvo.
El GHB puede producir alucinaciones, delirio, euforia y tiene efectos anestésicos. Los primeros síntomas pueden consistir en somnolencia, hipotonía, confusión, cefalea y desequilibrio y, posteriormente, pueden evolucionar hacia un coma con alteraciones respiratorias severas por depresión del Sistema Nervioso Central.
El uso excesivo puede llevar a agarrotar los músculos, convulsiones e incluso colapso.
Si es producido incorrectamente, puede quemar seriamente la boca.
Altas dosis pueden causar somnolencia, vómitos, espasmos musculares y pérdida de conciencia (coma temporal), disminución del ritmo cardiorespiratorio, y, sobre todo si es mezclado con alcohol, puede bajar peligrosamente el ritmo respiratorio pudiendo causar la muerte.
Otra seria advertencia deriva del nombre popular con que se conoce a estas drogas: “date rape drugs” (drogas de la violación o del asalto sexual). Al ser el líquido incoloro e inodoro, aumenta el riesgo de consumo cuando se comparten tragos con desconocidos, comprobándose su uso difundido (combinado con alcohol o tragos frutales) para someter a personas de ambos sexos a sostener sexo sin consentimiento o sin estar conscientes del acto.
La ketamina se administra por inyección intramuscular o intravenosa. También puede inhalarse o fumarse después de ser calentada y transformada en cristales.